viernes, 21 de agosto de 2009

EL CASO DEL BUITRE LEONADO.

Los buitres carroñeros han hecho correr ríos de tinta. Un señor mayor en un día de mayo de un pueblo de la Bahía de Cádiz llegó a contarme una historia que me hizo estremecer. Una pareja de pequeños conejitos tuvieron la necesidad de mudarse de madriguera, la antigua, construida hacía años y usada otros tantos más, se había anegado a causa del sistema de riego de la parcela donde se ubicaba. El conejo macho, haciéndo alarde de su saber en la vida, cojeando y moviéndose tórpemente, convino construir su nueva casa al abrigo de un barranco escarpado, debajo de un saliente de rocas. La coneja, aún no tan débil, se percató de ciertos moviemientos extraños, ruido de aleteos, sombras, precipitación de plumas y excrementos sobre el lugar designado por su pareja para la construcción del nuevo hogar, la lumbre definitiva antes del viaje definitivo. Sin embargo, a pesar de las advertencias de la señora coneja, habitaron la madriguera hasta que el corazón del viejo conejo dejó de latir en los albores del verano. En la soledad de la noche, la vieja coneja, desprotejida y asumida en una honda tristeza por la desaparición de su amado, recibió la visita de tres enormes sombras. El pequeño animalillo, asustado, intentó arrinconarse en lo más profundo del agujero pero la sombra mayor la atrapó con sus garras. Frente a ella tenía tres pajarracos de gran tamaño con los picos impregnados de sangre, rodeándoles el cuello tres collares de plumas blancas... ¡ Su pareja había construído la nueva madriguera bajo la mayor buitrera de la comarca!. El buitre mayor abrió su pico y le dijo: - conejita...pareces más sabrosa que tu anciano marido, al fin y al cabo él ya no pudo defenderse cuando nos lo comimos, ¡estaba muerto!...jejeje-. Te propongo un trato, continuó diciendo, -te cuidaremos día tras día, repararemos tu madriguera cuando lo necesites, buscaremos la comida por tí en la campiña y alejaremos a otros depredadores de tí mientras vivas...a cambio, cuando mueras, serás alimento de nuestras crías tu madriguera será nuestra futura despensa para cuando lleguen los malos tiempos...-. La coneja con los ojos desencajados y a la vez moviendo su colita al atisbar la solución a su soledad y desamparo reguntó que habían hecho con el cadáver de su marido. -nos lo hemos comido sin tu permiso, emprezando por sus ojos, acabando por los pelos...no hemos dejado nada...ni un triste recuerdo de su paso por este mundo, jejejej- , la conejita aterrada aceptó el acuerdo, le repugnaba la idea de morir sin ojos y ser deborada viva por los crueles animales alados.
Un buen día, una poderosa sequía se desató. Asoló los campos durante meses y todos los animales de la región se vieron obligados a emigrar. Al principio, miles de bichos aparecían muertos para el festín de los habitantes de la buitrera. A medida que iba pasando el tiempo la escasez de alimentos se hacía más acuciante. El pequeño de los buitres merodeaba para ver si la coneja estiraba la pata para no tener que buscarle el alimento que le prometieron, tenían hambre y la coneja no moría. Una mañana la madriguera amaneció vacía y el buitre mayor desvanecido de placer con el buche lleno y el pico manchado de restos orgánicos y pelo de conejo. En el suelo los restos entreabiertos de uno de los ojos de la señora coneja. Al verlo, sus compañeros retozando del placer del banquete, y al haber roto el pacto, sin mediar palabra empezaron a atacarle. El pequeño de los buitres le picoteaba los ojos hasta que los sacó de sus órbitas mientras que el mediano le introducía el pico en la barriga y se tragaba las entrañas. Cuando terminaron con el buitre mayor se miraron con ansias de deborarse mutuamente debido al un hambre atroz tras habérseles abierto el apetito. Se pelearon hasta la muerte y el pequeño ganó la batalla, deboró a su amigo reventando a las pocas horas por la cantidad de carne ingerida y por el asco que el produjo el pensar que se había tragado a sus semejantes, a sus hermanos de sangre.
Que cada cual saque sus conclusiones, ¿Quién no ha visto alguna vez a uno de estos animales merodeando por una madriguera?.

AnQuinFer.